Ruta fluvial donde se observará el ecosistema típico de ribera y su aprovechamiento histórico (1h).
En esta ruta nos adentramos en la zona fluvial, llena de chopos cabeceros (especie de gran valor maderero en la antigüedad). En estos ecosistemas de ribera tan modificados por las actividades humanas, los chopos cabeceros actúan como la pieza clave del sistema silvopastoril, ya que tienen un alto valor ecológico. Asimismo, los troncos viejos de los chopos suelen presentar huecos, que sirven de refugio a la fauna que necesita árboles viejos para criar (aves y mamíferos, especialmente). Su presencia también aporta setas de chopo, una exquisitez culinaria.
También encontramos arces (Acer sp.), zarzas (Rubus ulmifolius), los rosales silvestres (Rosa canina), el espino albar (Crataegus monogyna ) o el endrino (Prunus spinosa), en un entorno idílico.
En los suelos permanentemente húmedos o inundados temporalmente, aparece una gran diversidad de plantas propias de estos hábitats como la menta (Mentha longifolia (L.) Huds), el epilobio (Epilobium hirsutum L.), la espadaña (Typha latifolia L.) y los juncos (Scirpoides holoschoenus)
Ruta arqueológica con restos de un asentamiento ibero-romano.
Bajamos hacia el rio Tornos desde la parte alta de la finca, lo que nos permite contemplar las ruinas romanas, una antigua casa de pastores en muy buen estado, campos de cultien algunos de los cuales había viñas, y un pequeño precipicio donde se observan los meandros del rio, donde antiguamente cultivaban (1h).
También encontramos arces (Acer sp.), zarzas (Rubus ulmifolius), los rosales silvestres (Rosa canina), el espino albar (Crataegus monogyna ) o el endrino (Prunus spinosa), en un entorno idílico.Es común encontrarse fósiles a lo largo de todo este recorrido y también múltiples infraestructuras de piedra seca, para delimitar campos,lindes etc. Estas infraestructuras de piedra son un elemento muy importante del ecosistema desde diversos puntos de vista. Tienen un elevado valor agronómico directo, porque ayudan en la delimitación de las parcelas y en la contención del ganado. Además, gracias a la fauna que en ellos habita, prestan servicios de regulación a los cultivos colindantes, mejorando el control biológico de plagas y la polinización.
Finalmente, los muros de contención en las laderas con pendiente protegen al suelo de la erosión, al ralentizar el avance del agua, lo que les aporta un elevado valor ambiental en la actualidad.
Por último, cabe destacar también su gran valor cultural. Las construcciones de piedra en seco constituyen un elemento clave en la fisionomía del paisaje y una seña de identidad de las tierras montañosas del sistema ibérico oriental.
Ruta ecológica, viendo las especies típicas de la zona y sus particularidades (1,5 h).
En esta ruta se llega hasta el extremo de la finca, donde un barranco separa las dos comunidades autónomas. Allí se puede ver un antiguo acueducto para llevar el agua al molino, desde la zona alta del río Tornos,a dos kilómetros de la masía. Se asciende por la montaña con especies típicas de un carrascal en regeneración. El carrascal de Quercus ilex subsp. ballota constituye la vegetación potencial en gran parte de la comarca. La práctica totalidad de carrascales se talaron en el siglo pasado para aprovechar su leña o para fabricar carbón, y las tierras se destinaron a pastos y cultivos.
En algunas partes se observa un matorral denso con Juniperus oxycedrus subsp. badia como especie predominante, acompañado de muy pocas especies arbóreas o arbustivas, sólo de alguna sabina negral (Juniperus phoenicea) y carrascas jóvenes. Muchos de los enebros son muy viejos y están infectados por una planta parásita, el muérdago del enebro (Arceuthobium oxycedri).
Se sube hasta la montaña más alta de la finca, y en el camino de ascenso se pueden ver los restos de un antiguo horno de cal y el antiguo sistema de conducción del agua de lluvia para evitar erosiones. En la cumbre se contempla la antigua costrucción usada para separar las propiedades, llamado « Pairón », que es un hito de limitación territorial construido en piedra en seco.
Ruta agroecológica (1,5 h). En esta ruta se contempla la agricultura y ganadería tradicional de la zona, la vegetación típica, así como distintas construcciones tradicionales y restos de un antiguo asentamiento íbero.
En la primer a parada se ve el antiguo sistema de agua que nutria al molino(1), donde también se curtían pieles y se extraía fibra del cáñamo. En la segunda parada se contempla una sabina centenaria, ahora escasa en la región debido a la sobre explotación. Posteriormente se visita la antigua casa era(3). En la parada 4 se observa como se cultivaba aprovechado la orografía del terreno, puniendo en frutales en las zonas más húmedas y protegidas. En el punto 5 se observa desde fuera un antiguo corral comunitario donde guardaban las ovejas de los alrededores en una superficie cerrada por piedra seca de 3,5 has.
Una vez dentro del recinto se puede ver un posible antiguo asentamiento íbero, dos antiguas construcciones para refugio de pastores, y un contador de ovejas. Durante el recorrido se pueden contemplar grandes sabinas y robles, así como multitud de enebros. Estos pastizales están formados por pequeñas matas leñosas y numerosas herbáceas perennes resistentes a la sequía. Entre las plantas herbáceas más frecuentes encontramos el lastón (Brachypodium retusum), el tomillo y la aliaga, junto con algunos arbustos como el enebro albar o enebro de la miera (Juniperus oxycedrus).
Al ser un punto elevado de la finca, se contemplan unas vistas espectaculares de la zona, incluida la ermita de San Marcos.