Gastronomia

La región, de cultura montañosa, tiene una gastronomía tradicional, típica y local que hace de la región un sitio atractivo y curioso. En efecto, se favorece y se valora el uso de las técnicas antiguas que se transmitió de generación en generación.

Es una gastronomía basada principalmente en el consumo de carnes domésticas y de caza, caracterizada por ser una carne tierna, sana y sabrosa.

Los platos más populares son a base de carne de cordero, como las famosas chuletas de cordero a la brasa.

El fiambre y el queso de la zona son tan sabrosos como la carne. El queso se produce a base de leche de cabra o de oveja y el fiambre está elaborada con secadores naturales. 

Además, lo que hace la particularidad de ciertos sabores del sitio, son los cultivos de setas y trufas. Una cosecha que se hace durante todo el año : setas en otoño, trufas negras en invierno y trufas blancas en verano, lo que ofrece aromas finos y gustosas en todas temporadas.

Por fin, rodeado por multitud de árboles frutales y cultivo locales de verduras, la gastronomía de la Masia Molinar tiene la particularidad de ser muy amplia, rica y ecológica.

 

Población

Los habitantes vivían mayoritariamente de la agricultura y de la ganadería, pero, con el abandono rural hacia las zonas urbanas, mayor problema que sufre el país, la región se vació de la población humana. Se considera como la España vacía, pero, centrándose sobre los paisajes grandiosos y remarcables, se ve una España llena de una biodiversidad espectacular, con vida sencilla y autentica que rende el lugar admirable.

 

 

La historia

La zona tiene un patrimonio histórico, cultural y artístico muy atrayente.
Las primeras huellas de poblamiento humano remonta a la prehistoria. Era un territorio habitado desde esta época como lo demuestran las diversas pinturas rupestres conservadas. También, existen varios yacimientos de poblados de la edad del hierro, así como de la época ibero-romana, la mayoría de ellos aun por excavar.
Preciosos hallazgos de cerámica íbera se encontraron en toda la zona, al igual que casetas y muros de piedra todavía en buen estado de conservación.
Muchos de los pueblos y masías actuales tienen un origen medieval, y aún conservan construcciones de la época.

La Masía Molinar aún conserva restos románicos e íberos, que pueden ser visitados, previa reserva (ver itinerarios turísticos).

La zona formaba parte del ancestral mar de Tetis, que cubría estas tierras en la época mesozoi-ca.
Dando un paseo por la finca es habitual observar fósiles en excelente estado de conservación (ver itinerarios turísticos).

Paseando por el Molinar se pueden encontrar restos arqueológicos, históricos y arquitectura típica de la región. Entre carrascas, enebros y sabinas, podrás observa pinturas rupestres, fósiles y restos de arquitectura tradicional, y rastrearás lo que la historia ha dejado en este maravilloso territorio.