Ruta arqueológica con restos de un asentamiento ibero-romano.
Bajamos hacia el rio Tornos desde la parte alta de la finca, lo que nos permite contemplar las ruinas romanas, una antigua casa de pastores en muy buen estado, campos de cultien algunos de los cuales había viñas, y un pequeño precipicio donde se observan los meandros del rio, donde antiguamente cultivaban (1h).
También encontramos arces (Acer sp.), zarzas (Rubus ulmifolius), los rosales silvestres (Rosa canina), el espino albar (Crataegus monogyna ) o el endrino (Prunus spinosa), en un entorno idílico.Es común encontrarse fósiles a lo largo de todo este recorrido y también múltiples infraestructuras de piedra seca, para delimitar campos,lindes etc. Estas infraestructuras de piedra son un elemento muy importante del ecosistema desde diversos puntos de vista. Tienen un elevado valor agronómico directo, porque ayudan en la delimitación de las parcelas y en la contención del ganado. Además, gracias a la fauna que en ellos habita, prestan servicios de regulación a los cultivos colindantes, mejorando el control biológico de plagas y la polinización.
Finalmente, los muros de contención en las laderas con pendiente protegen al suelo de la erosión, al ralentizar el avance del agua, lo que les aporta un elevado valor ambiental en la actualidad.
Por último, cabe destacar también su gran valor cultural. Las construcciones de piedra en seco constituyen un elemento clave en la fisionomía del paisaje y una seña de identidad de las tierras montañosas del sistema ibérico oriental.